Aunque las leyendas locales hablan de una fundación llevada a cabo por uno de los guerreros que participaron de la guerra de Troya, lo cierto es que los registros historicos demuestran que, en realidad, los primeros habitantes de lo que luego se convertiría en Pontevedra fueron los romanos, quienes le pusieron este nombre que deriva del latín y significa puente viejo.
La población es cristianizada por San Fructuoso que funda los monasterios de Armenteira y Meis lamentablemente no existen registros históricos que muestren la evolución de la ciudad hasta el siglo XII, momento en el cual recibe privilegios de Fernando II que le permiten, entre otras cosas, fabricar grasa de sain y curar pescado.
A estos se suman en los siglos siguientes el permiso para convertirse en puerto de carga y descarga de Galicia (1452), que le daran gran prosperidad a la ciudad. Esta situación se ve potenciada por Enrique IV, quien concede su favor a Pontevedra para que pueda realizar una feria franca de treinta dias de duración.
La existencia del puerto hace que los siglos XV y XVI signifiquen un gran éxito para Pontevedra, consolidándose como un importante centro urbano que atrae toda una nueva población que genera nuevos barrios y monumentos, incluyendo la basílica de Santa María, financiada por el gremio de los mareantes.
El siglo XVII, sin embargo, pone fin al desarrollo imponente que habia caracterizado a Pontevedra porque la sucesión de guerras entre España y paises como Portugal e Inglaterra afectan al comercio maritimo del cual depende, en gran medida, todavía, la ciudad. A esto debe sumarse la perdida del calado del río Lérez, que hace perder importantes ingresos a los comerciantes locales y afectan la economía local de manera significativa.
Como consecuencia de estos problemas, la población, que se habia incrementado a un ritmo frenético a lo largo de pocas décadas disminuye con la misma intensidad, quedando reducida en pocos años a la mitad, situación que, sin embargo, no impedira que los habitantes de Pontevedra rechacen heroicamente el intento del general francés Ney por tomar la ciudad.
Pontevedra, convertida en capital de su provincia y referente de su comarca, ingresa al siglo XX con una población que se incrementa a ritmo pausado: de los cincuenta mil habitantes de 1960 hay ochenta y dos mil según el último censo realizado en el 2011.
Por un lado, existe una importante industria dedicada a los servicios que ocupa a gran parte de la población, por el otro, la existencia de oficinas y delegaciones públicas sigue siendo una fuente de trabajo indispensable para la región.
|